miércoles, 17 de mayo de 2017

Capítulo 10

— Muy bien, Esposito — comentó Nico con alegría, dirigiéndose hacia donde me encontraba yo —. Ilumínanos sobre tus técnicas de protección.
— ¿Mis… técnicas?
— Pues claro. Sin duda debías tener algún tipo de plan que todos lo demás no podíamos comprender cuando te llevaste fuera de la Academia a un moroi de la realeza, menor de edad, hola expusiste a la amenaza continua de los strigoi.

Se trataba otra vez del mismo sermón de Franca, excepto que esta vez había más testigos.

— No nos encontramos jamás con ningún strigoi — repliqué con sequedad.
— Obviamente — repuso con una risa socarrona —, ya me lo había imaginado, teniendo en cuenta que ambas seguís de una pieza.

Me habría gustado poder gritarle que era capaz de derrotar a un strigoi, pero después de que me zurraran en la clase anterior, sospechaba que si no habría sobrevivido a un ataque de Gastón, para qué hablar entonces de un strigoi de verdad.

Como no respondí nada, Nico comenzó a pasearse delante de la clase.

— Así que, ¿qué fue lo que hiciste? ¿Cómo te aseguraste de que ella estaba a salvo? ¿Evitaste salir por la noche?
— Algunas veces — esto era cierto, al menos al principio, al emprender la huida. Nos relajamos un poco cuando pasaron varios meses sin que sufriéramos ningún ataque.
Algunas veces — repitió él con voz aguda, haciendo que mi respuesta sonara increíblemente estúpida —. Muy bien entonces, supongo que dormirías durante el día y permanecerías en guardia por la noche.
— Esto… no.
— ¿No? Vaya, pues ésa es una de las primeras cosas que se mencionan en el capítulo de las guardias en solitario. Oh, espera, ¡es imposible que supieras eso, porque​ no estabas aquí!

Me tragué unos cuantos tacos más.

— Registraba el área de cualquier sitio al que íbamos — le dije, sintiéndome en la necesidad de defenderme.
— ¿Ah, sí? Pues mira, ya es algo. ¿Usaste el método del cuadrante de vigilancia de Carnegie o el reconocimiento rotacional? — no respondí nada de eso —. Ah. Debo suponer que recurriste al método «echa-un-vistazo-cuando-te-acuerdes-marca-Esposito».
— ¡No! — exclamé enojada —. Eso no es cierto, la vigilé bien. Esta viva, ¿no es cierto?

Él se dirigió hacia mí y se inclinó hacia mi rostro.

— Porque tuvisteis suerte.
— Los strigoi no andan reptando por todas las esquinas ahí fuera — le repliqué en respuesta —. Las cosas no son como nos las habéis enseñado. Es mucho más seguro de lo que vosotros queréis hacernos creer.
— ¿Más seguro? ¿Más seguro? ¡Estamos en guerra con los strigoi! — aulló, y pude oler un rastro de café en su aliento, de lo cerca que estaba de mi —. Cualquiera de ellos puede lanzarse directamente sobre ti y arrancarte ese precioso cuello que tienes antes de que hayas podido darte cuenta, y no le caería ni una sola gota de sudor del esfuerzo. Tal vez seas más rápida y fuerte que un moroi o un humano, pero al lado de un strigoi, no eres nada, ¡nada! Son letales, y poderosos. ¿Y sabes qué es lo que les da tanto poder?

De ninguna de las maneras le iba a permitir a ese imbécil que me hiciera llorar. Aparté la mirada e intenté concentrarme en cualquier otra cosa. Mis ojos descansaron en Peter y los otros guardianes, que observaban mi humillación con los rostros impasibles como piedras.

— La sangre moroi — susurré.
— ¿Qué ha sido eso? — preguntó Nico en voz alta —. No lo he captado.

Me giré para enfrentarme a él.

— ¡La sangre moroi! Eso es lo que les fortalece.

Él asintió, satisfecho, y dio unos cuantos pasos hacia atrás.

— Sí, así es. Los hace más fuertes y más difíciles de destruir. Matan a humanos o dhampir para beber de ellos, pero lo que quieren por encima de todo es la sangre de los moroi, y por eso los buscan. Se han vuelto al lado oscuro en pos de la inmortalidad y se han dado casos desesperados que han llegado a atacar a un moroi en público. Y en otros, grupos de ellos han atacado academias como ésta. Algunos strigoi han logrado vivir miles de años a base de consumir generaciones enteras de moroi y es casi imposible matarlos. Y ése es el motivo por el que el número de moroi decrece, incluso contando con los guardias, ya que no son lo bastante fuertes para protegerse a sí mismos.algunos moroi han dejado de verle sentido a la huida y escogen convertirse en strigoi. Y cuando los moroi desaparezcan…
— … también lo harán los dhampir — rematé yo en su lugar.
— Estupendo — repuso él, lamiéndose los labios para limpiarse la saliva —. Después de todo parece que has aprendido algo. Ahora debemos ver si puedes aprender lo suficiente para salir de esta clase y cualificarte para la experiencia de campo que tendrá lugar el próximo semestre.

Ay. Me pasé el resto de aquella horrible clase, gracias a Dios, sentada en mi silla, recordando una y otra vez sus últimas palabras. La experiencia de campo del último año era la parte más importante de la educación de un novicio. No teníamos clases durante medio semestre y en vez de eso, se nos asignaba un estudiante moroi al que seguir y proteger. Los guardianes adultos nos entrenaban y probaban escenificando ataques y otros tipos de amenazas. Que un novicio superara su experiencia de campo era casi tan importante​ como casi todo el resto de los años de estudio juntos y tenía mucha influencia sobre el moroi al que sería asignado después de la graduación.

¿Y yo? Sólo quería un moroi concreto.

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